Ya sea por cuestiones de salud o estéticas, quienes deben pasar por el quirófano suelen tener una particular sensación de temor o incomodidad hacia ella, la anestesia. Veamos por qué y resolvamos algunas dudas.
El temor a la anestesia proviene de una vieja creencia transmitida incluso por novelas y cuentos del pasado. A ellos debe sumarse el desconocimiento general que hay sobre los nuevos procesos anestésicos que, por supuesto, difieren muchísimo de ese imaginario. El doctor Mario Valotta, de la Asociación de Anestesia Analgesia y Reanimación de Buenos Aires (AAARBA) explicó a Infobae que «la anestesia general moderna es un procedimiento controlado y muy seguro; incluso pacientes muy enfermos están en mejores condiciones bajo anestesia general que despiertos y respirando por sí mismos, dado que disminuye su consumo de oxígeno favoreciendo su fisiología general».
Las funciones vitales, como la presión arterial y la cantidad de sangre bombeada por el corazón, son mejoradas por la anestesia, los medicamentos adicionales y el oxígeno que administra el anestesiólogo durante toda la intervención.
ANESTESIAS POR INHALACIÓN
Uno de los grandes mitos que se escuchan es “se pasó con la anestesia”. Los especialistas aseguran que la sobredosis de drogas anestésicas inhaladas hoy es imposible. Los anestésicos inhalados modernos se suministran con vaporizadores de precisión y aún en altas concentraciones son incapaces de generar efectos letales. Eso que vemos en las películas, que un delincuente toma por sorpresa a su victima desde atrás y la duerme tan solo apoyando un pañuelo en su nariz, en la práctica no puede pasar jamás.
EL ROL DEL ANESTESISTA
El anestesiólogo no se encarga solo de sedar al paciente, sino que tiene la responsabilidad de controlar la circulación sanguínea mediante la onda de pulso, así como la concentración de oxígeno en sangre, el electrocardiograma, verificar si la presión arterial y el bombeo del corazón son suficientes para causar un flujo de sangre a través de los tejidos del cuerpo, constatar si es suficiente para eliminar los productos de desecho y si transporta suficiente oxígeno. También controla la temperatura corporal y repone los volúmenes de diversos fluidos perdidos durante la cirugía, asegurando que el volumen de sangre y la composición líquida de los órganos se mantenga en niveles normales.
FUNCIÓN CEREBRAL
Finalmente, según especificó Valotto a Infobae, «el anestesiólogo supervisa el nivel de la conciencia por la observación clínica y las medidas auxiliares de la actividad eléctrica del cerebro». De hecho, sólo se induce el sueño mediante fármacos parecidos a los que utiliza la gente para dormir de noche. Otros medicamentos específicos se suministran para bloquear el dolor o lograr la relajación muscular, todos de acción ultracorta, predecible, fácilmente reversible y controlable por monitores específicos, tanto que cuando termina la operación, termina la anestesia.
En la actualidad, la gran mayoría de los pacientes se despierta luego de la cirugía con una sensación placentera. La pregunta más común que se escucha al abrir los ojos es “¿Ya me operaron?”.
CENTRO DE SIMULACIÓN PARA ANESTESIÓLOGOS
Para los que aún siguen descreídos de la efectividad de los anestésicos y sus efectos, en Buenos Aires existe un Centro de Simulación de Alta Fidelidad único en el país, en el que se forman los profesionales médicos que cursan la especialidad de Anestesiología. Los cursantes de diversos niveles, bajo el control de sus instructores, viven experiencias que reproducen circunstancias normales y extremas que deberán enfrentar durante su vida profesional. Realizan las actividades sobre maniquíes que reproduce eventos que ocurren con los pacientes en el quirófano, lo que supone una preparación profesional de excelencia.
¿Tenés más dudas? Comunicate ahora mismo con nuestro equipo de cirujanos y anestesiólogos haciendo click aquí.