Vivimos en una época en la cual el estrés es algo común. Nuestro ritmo es acelerado y la cabeza de divide en las diferentes responsabilidades que debemos afrontar diariamente: el trabajo, los hijos, los estudios, la situación económica, y las enfermedades, entre otras. Por eso, resulta vital dedicar tiempo a nosotros mismos y así invertir en nuestra salud para evitar efectos contraproducentes.
El masaje, también llamado “mesoterapia”, es utilizado desde la antigüedad debido a losmúltiples beneficios que ofrece. Es un efectivo “anti-estrés” que alivia las tensiones emocionales, y des contractura y relaja los músculos. Permite que la circulación de la sangre aumente y así, elimina los productos de desecho presentes en el torrente sanguíneo, disminuye el ritmo cardíaco y reduce la presión sanguínea. De esta manera, la persona experimenta una sensación de calma y tranquilidad.
Al facilitar la circulación de la sangre, los masajes permiten que los nutrientes y el oxígeno lleguen con más rapidez a las zonas necesitadas. Así, disminuyen los dolores musculares, reducen las inflamaciones y mejoran la cicatrización de las heridas. Además, los masajes sirven para que nuestra piel conserve su elasticidad, ya que ésta adopta una apariencia tersa y suave durante la sesión.
Los masajes son una excelente forma de fortalecer el sistema inmunológico. No solamente aumentan las secreciones gástricas en el organismo, mejorando problemas estomacales e intestinales, sino que gracias a que estimula una mayor y mejor circulación de la sangre, desintoxica nuestro cuerpo.
Las zonas del cuerpo que generalmente requieren masajes son el cuello, la espalda y la cintura. El estrés y los nervios repercuten directamente al cuello y la espalda, mientras que la cintura se ve afectada por malos movimientos o por cargar pesos inadecuados.
La aplicación de calor previa a la sesión ayuda a que aumente la circulación de la sangre en los músculos y así, a intensificar los efectos del masaje. Esto puede realizarse a través de una lámpara infrarroja, un medio utilizado por los fisioterapeutas, que emite calor durante un periodo de 10 a 15 minutos. El calor producido debe ser agradable durante todo el tiempo que dure la aplicación. Todas las personas son diferentes, algunas pueden tolerar más calor que otras. Por eso, deben tomarse las precauciones necesarias si uno tiene una piel sensible.
Los masajes son más que mimos. Son una excelente forma de relajarnos, quitarnos el estrés de encima y así, cuidar y mejorar nuestra salud. Además, ¿a quién no le gustaría darse un buen masaje? ¡Sacá tu turno!
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Fuente: www.mejorconsalud.com