La belleza de nuestra piel no sólo se ve afectada por factores externos. También existen algunas causas internas que modifican su apariencia, por ejemplo, las emociones y la alimentación. Te damos algunas recomendaciones para cuidar tu piel de adentro hacia fuera.
HIDRATACIÓN
Tomar al menos un litro y medio de agua diariamente te permite mantener una piel más flexible y resistente. También es conveniente consumir alimentos ricos en agua, que complementan los cuidados externos que le das a tu dermis.
DIETA
Incluí frutas y verduras en tu alimentación diaria. La mayoría contiene antioxidantes, los cuales se encargan de neutralizar los radicales libres, previniendo la degeneración celular y retrasando el proceso de envejecimiento.
DESCANSO
La falta de un sueño reparador genera estrés y cansancio, esto se refleja no solo en un rostro agotado, sino en la pérdida de luminosidad en la piel, arrugas prematuras y ojeras. Nuestra piel se beneficia del descanso porque la noche es el momento en que sus células se renuevan.
DEJAR LOS MALOS HÁBITOS
Hay que dejar atrás los excesos, como el tabaco y el alcohol que producen intoxicación, deshidratación e inflamación en la piel. Además afectan el proceso de renovación celular, acelerando el envejecimiento dérmico.
RESPIRACIÓN
El estrés y las emociones negativas desequilibran las hormonas produciendo sequedad, acné y envejecimiento prematuro de la piel. Por eso, practicá la respiración consciente, el yoga y la meditación y así tendrás siempre una buena actitud ante la vida, lo que sana profundamente tu cuerpo y alma, reflejandose por supuesto en la piel.
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