¿Alguna vez escuchaste de los aceites esenciales? Son el producto ideal para curar dolencias, balancear estados de ánimo y mejorar el aspecto de la piel. Existen dos tipos de aceites: los esenciales y los fijos. Los primeros no son verdaderamente aceites, dado que no contienen ácidos grasos ni se ponen rancios. Se obtienen a través de la destilación de plantas, y en el caso de los cítricos, por el prensado de las cáscaras. Los fijos, en cambio, sí lo son. Vienen del prensado de semillas y son los que suelen utilizarse para cocinar y producir las cremas y ungüentos que nos aplicamos en el cuerpo.
¿Cómo diferenciar un aceite esencial de uno fijo? ¡Es fácil! Si colocamos una gota de aceite esencial sobre una servilleta, tiende a desaparecer con el transcurso de las horas. En cambio, si aplicamos un aceite fijo, este no desaparece ya que no puede evaporarse.
Los aceites esenciales tienen efectos inmediatos y varias funciones. Si bien se aplican sobre la piel, al ser volátiles se dirigen directamente por vía respiratoria al sistema nervioso central. Además, son los únicos principios activos capaces de llegar con facilidad al sistema límbico, donde se procesan las emociones. Es por eso que cuando percibimos un aceite esencial de lavanda, por ejemplo, sentimos un bienestar casi instantáneo. Lo ideal es ponerlos en un hornillo con agua u olerlos directamente del frasco. No es recomendable colocarlos puros sobre la piel, salvo que estén diluidos en un aceite fijo. Entre los aceites esenciales más conocidos se encuentran el de menta, lavanda, bergamota, melisa, limón, romero y caléndula.
Los aceites fijos se aplican directamente sobre la piel. Aquellos que son prensados en frío o sin refinar tienen una gran cantidad de nutrientes útiles como minerales, antioxidantes y vitaminas liposolubles. Por el contrario, los industriales pierden sus propiedades medicinales. Entre los más utilizados están el de rosa mosqueta, almendras, girasol y sésamo.
Mientras los aceites esenciales tienen efectos más relacionados con la sensación de bienestar, los fijos actúan específicamente sobre nuestro cuerpo (en células de la piel o del pelo, por ejemplo) para brindarnos un aspecto fresco y saludable. ¿Todavía no los probaste? ¡Animate!
Fuente: www.revistaohlala.com